Lucas 13:3 ¡Pues yo les digo que no! Y si ustedes no se arrepienten, también morirán como ellos.
Hay momentos de la vida en que nos sentimos vacíos, e incluso muchas veces no vemos más el sentido para vivir. Nuestras buenas intenciones terminan saliendo mal y resultan en una serie de problemas y desacuerdos. Nuestra conciencia está cargada y un peso enorme está sobre nuestros hombros. Mirando al futuro, el miedo es aún mayor. ¿Qué será del día de mañana? Las ganas son de huir, abandonar todo y comenzar nuevamente, tratando de olvidar el pasado.
¿Sería esta la solución? No, pues el mando y el control de todas las cosas están en las manos de Dios. Él permite momentos de crisis y conflictos en nuestra vida con el propósito de conducirnos al encuentro con él. El verdadero cambio en la vida solamente sucede con la intervención de Dios. El Espíritu Santo de Dios nos demuestra que, únicamente por medio de Jesucristo, podemos ser reconciliados con Dios y encontrar la verdadera paz. Él providenciará todo lo que necesitamos en la cantidad y momento que él crea oportuno.
ORACIÓN: Señor, ven a vivir en mí con tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesucristo. Amén.