1 Ped 5:10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
El soportar exitosamente las pruebas nos lleva a un mayor enfoque en glorificar a Dios en el futuro.
Los sufrimientos y las pruebas nos enseñan paciencia. Sin embargo, en el Cielo no necesitaremos tener paciencia y por lo tanto no es la lección mayor a largo plazo que Dios quiere que aprendamos de las pruebas. Él está mucho más complacido si nos aferramos a la verdad de que lo que sufrimos ahora está relacionado directamente con nuestra capacidad de glorificarlo a Él en la eternidad. Alabar a Dios será nuestro papel en el Cielo (Apoc 4-5) y Pablo nos recuerda que “Si sufrimos, también reinaremos con él” (2 Tim 2:12) En otras palabras, si aprendemos a soportar las pruebas y tribulaciones ahora, podemos esperar recibir mayor recompensa en la eternidad. Yo creo que la recompensa es principalmente la capacidad de glorificar a Dios y por lo tanto entre más soportamos en nuestro presente, mayor será nuestra capacidad de glorificarle a Él en el futuro.
En algún momento durante el ministerio de Jesús con los discípulos, dos de ellos (los hermanos Juan y Santiago) desearon que los pusiera en las dos posiciones de mayor prestigio en Su reino: sentarse a su derecha e izquierda (Mat 20:20-23). Santiago y Juan reconocieron el concepto de recompensa eterna, pero no entendían cómo funcionaba. Así que Jesús les preguntó si estaban listos para soportar la copa de sufrimiento y muerte (como Él) antes de ocupar tales posiciones de poder en Su reino (v22) Esto implica una vez más que soportar en las pruebas y el avance en la gloria futura están correlacionadas. (Jesús soportó el sufrimiento más grande en la cruz y fue levantado a la posición más alta, a la diestra del Padre)
La aplicación para nosotros de todo esto es clara: el Señor quiere que nos demos cuenta de que el final de cada prueba contiene mucha satisfacción y gozo porque estamos edificando nuestra capacidad futura de glorificarlo a Él. Al mismo tiempo, estamos comprendiendo más y más del valor de la perseverancia a través de todo tipo de dolor y tribulación (Apoc 2:10)
Por John MacArthur