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Devocional: Pagando el precio del pecado

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Pagando el precio del pecado
Fecha: Lunes, 20 de mayo del 2019 ID: 201700002780

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Rom 6:23 porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Cristo pagó una deuda que Él no debía para libertarnos de la deuda que nosotros no podíamos pagar.

En el ámbito científico, hay leyes universales, como la ley de la gravedad. Estas leyes están incorporadas en la creación por el sabio Creador y siguen funcionando normalmente.

Así como Dios ha hecho leyes inexorables para gobernar la dimensión física, también ha decretado principios universales espirituales. La más significativa de esas leyes espirituales es que el pecado demanda muerte, la muerte es la paga del pecado. La palabra griega traducida como “paga” fue usada comúnmente para hablar de la compensación por servicios prestados. Cuando Dios condena a los pecadores al Infierno, simplemente les está dando la compensación que han ganado y que Su justicia demanda.

En gran contraste a la inexorable ley del pecado y la muerte está el regalo gratuito de Dios: vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. La vida eterna no es una paga sino un regalo y por lo tanto no puede ser ganada. Las buenas obras, el asistir a la iglesia o ritos religiosos no pueden hacerte merecedor de ella. Después de contar sus credenciales religiosas: las credenciales sin igual del judaísmo del primer siglo (Gal 1:14) Pablo las consideró como una pérdida por amor a Cristo (Fil 3:7)

El regalo gratis de la vida eterna viene sólo a través de Cristo Jesús nuestro Señor. En Hch 4:12 Pedro declaró que: “en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Y en Juan 14:6 Jesús simplemente dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no es por mí” “Gracias a Dios por su don inefable” (2 Cor 9:15)

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Ezequiel 34:2-4 (RVR 1960)

Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.

Palabras Claves: John MacArthurReflexionesPagando el precio del pecado

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