Lucas 19:33-34 Mientras desataban el burrito, sus dueños les dijeron: «¿Por qué lo desatan?» Y ellos contestaron: «Porque el Señor lo necesita.»
“Porque el Señor lo necesita”. ¡Qué hermoso mensaje que Jesús envió al dueño del burro el primer Domingo de Ramos! No es de extrañar que dejara de inmediato que los discípulos se lo llevaran. ¿Acaso no haríamos lo mismo si Jesús nos enviara un mensaje como ese? ¡Qué honor hacer cualquier cosa por él!
Cuando era adolescente, siempre era yo quien terminaba lavando la mayoría de los platos de nuestra iglesia durante las cenas de Cuaresma, en las cuales se servía sopa. Ahí estaba yo en la cocina cubierta hasta los codos con espuma, lavando primero caja tras caja las copas polvorientas de cristal para la comunión y, luego de la cena, a medida que iban llegando, las pilas de platos de porcelana blanca. ¡Y ni que hablar de las cucharas! (Teníamos un gran número de asistentes.)
Lavar los platos no es mi cosa favorita. Tengo a mi familia por testigos. Pero entonces era diferente porque era para el Señor. "El Señor lo necesita". Si es así, ¿cómo puedo negarme? ¿Por qué querría?
Ahora que soy mayor, escucho esa voz con mayor claridad y sospecho que tú también. ¿Cuidar a un niño enfermo? ¿Llevar el auto al taller? ¿Ayudar a alguien con sus cuentas? "El Señor lo necesita". Sí, de hecho lo necesita, porque: "De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron" (Mateo 25:40).
ORACIÓN: Señor, ayúdame a ver y reconocer las oportunidades que me das para servirte a ti y a tu pueblo. Amén.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:
¿Qué es lo más extraño que puedes recordar haber hecho en nombre del Señor?
¿De qué maneras específicas te ha servido el Señor, además de haber muerto y resucitado por ti?