Salmo 62:5 Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma; sólo en él he puesto mi esperanza.
Cuando pensamos en paz, imaginamos la ausencia de guerras, pero la realidad se ve reflejada en las noticias diarias y el aumento de la violencia en el mundo entero. Parece que el ser humano se está convirtiendo en su propio depredador.
Los eruditos buscan las razones para el comportamiento violento del ser humano. Algunos consideran al hombre un producto de su ambiente, lo que en parte es verdad. Si alguien crece rodeado por la violencia, tendrá grandes chances de reproducir eso en su vida adulta.
El deseo de Jesús es que las personas se relacionen bien unas con las otras, perdonándose mutuamente y construyendo puentes en sus relaciones. Él promete estar a nuestro lado, acompañando, levantando a los caídos, cargándolos en sus brazos y orientándolos para una vida más segura y feliz.
ORACIÓN: Señor Jesús, permite que sea un instrumento tuyo para mejorar la vida de las personas que me rodean y vivir en paz con todos. Ayúdame a superar mis debilidades. Amén.