Sant 1:2-3 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
Ciertamente hay muchas distracciones, desvíos, decepciones, pruebas, tentaciones y traumas que se presentan y perturban el proceso de convertirte en la persona que Dios quiere que seas. Cada día luchas en contra del mundo, la carne y el diablo, cada uno se opone a tu éxito en ser una persona de Dios.
Pero Pablo nos recuerda que las tribulaciones que enfrentamos son en realidad un medio para lograr una meta suprema de madurez: Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. (Rom 5:3-5) Santiago ofrece un ánimo similar: tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. (Sant 1:2-4)
Quizá pensabas que tu meta como cristiano era escapar de las tribulaciones. Pero la meta de Dios para ti es la madurez en Cristo, convirtiéndote en la persona que Él diseñó que fueras. Y la tribulación resulta ser uno de los peldaños principales en el camino. Por eso Pablo dice que nos gloriamos, (palabra que expresa un gran gozo) en nuestras tribulaciones. ¿Por qué? Porque el perseverar en las tribulaciones es la puerta al carácter probado, el cual es la meta de Dios para nosotros.
Nuestra esperanza se encuentra en el carácter probado, no en las circunstancias favorables ni en la manipulación de otros. Ni las circunstancias ni la gente te pueden impedir que seas la persona que Dios quiere que seas. Las tribulaciones y las pruebas son los medios más comunes para lograr Su meta para tu vida.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor ayúdame a ver mis pruebas como escalones, no obstáculos. Dame la gracia de perseverar y desarrollar un carácter probado. En el nombre de Jesús, amén.