Gal 6:2 sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo.
Aquellos que andan en el Espíritu amorosamente sobrellevarán las cargas de los otros.
El Señor Jesús presenta el amor a Dios y el amor por nuestro prójimo como el gran resumen de la Ley entera (Mat 22:37-40)
Sólo entonces tiene sentido, que el amor caracterizará la vida de cualquier cristiano que anda en el Espíritu. El amor será una parte integral de cualquier ministerio guiado por el Espíritu. Pablo nos dice en el verso de hoy que cuando ayudamos a otros creyentes a sostener sus cargas, estamos obedeciendo “la ley de Cristo” o la ley del amor que Santiago llama “la ley real” (Sant 2:8)
Pero ¿qué exactamente quiere decir Gálatas 6:2 cuando nos manda “sobrellevad las cargas de los otros”? el comentarista William Hendriksen nos da esta observación general pero útil: “esto no significa simplemente que nos toleremos el uno al otro, o nos aguantemos, significa que estemos hombro a hombro con las cargas de cada miembro”
La palabra “carga” nos puede llevar a pensar una variedad de posibles pecados, dificultades y responsabilidades, pero Pablo estaba usando el término griego que se refiere a una carga muy pesada e insoportable. Es una carga que una sola persona no puede cargar, esto subraya una vez más que los cristianos se necesitan mutuamente. El Espíritu Santo quiere que cada miembro de la iglesia se involucre en un ministerio de apoyo mutuo.
La esencia de “sobrellevad las cargas” es una responsabilidad espiritual. Una de las formas más prácticas en que podemos llevar las cargas de alguien más es hablar y orar regularmente con él o ella acerca de asuntos espirituales y medir su progreso al vencer cierto pecado o tentación.
Sobrellevar las cargas de otro creyente es un proceso de aprendizaje maravilloso y recíproco en el cual ambos individuos pueden beneficiarse de la verdad de Dios y entender más Su voluntad para sus vidas (ver Gál. 6:6) Al volvernos más sensibles y obedientes a Él, el Espíritu Santo guía el ministerio y nos da el privilegio de enseñar y sostener a otros mientras continuamos caminando en Él día tras día.
Por John MacArthur