Isaías 54:10 “Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.”
Una de las cualidades más encantadoras del amor divino es su carácter permanente. Las columnas de la tierra podrían ser alzadas de sus lugares, pero la misericordia y el pacto de nuestro longánimo Jehová nunca se apartan de Su pueblo. ¡Cuán feliz se siente mi alma con una firme creencia en esta declaración inspirada! El año casi ha terminado, y los años que me quedan son cada vez más escasos, pero el tiempo no cambia a mi Señor. Nuevas lámparas ocupan el lugar de las viejas, y hay un cambio perpetuo en todas las cosas; pero nuestro Señor es el mismo siempre. La fuerza trastorna a los collados, pero ningún poder concebible puede afectar al Dios eterno. Nada en el pasado, ni en el presente ni en el futuro puede hacer que Jehová sea áspero conmigo.
Alma mía, descansa en la eterna misericordia del Señor, que te trata como a un familiar. Recuerda también el pacto eterno. Dios lo tiene siempre presente: asegúrate de tenerlo presente tú también. En Cristo Jesús el Dios glorioso se ha comprometido contigo a ser tu Dios, y a conservarte como uno de Su pueblo. La misericordia y el pacto: considera estas palabras como cosas seguras y duraderas que ni la propia eternidad te podría arrebatar.
Por Charles Spurgeon