Mateo 18:22 Jesús le dijo: No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Durante su estancia aquí en la tierra, Jesús siempre demostró su gran amor a todos, inclusive a sus enemigos. De su boca salían palabras sabias, bondadosas y dulces. Jesús hablaba con serenidad y tranquilizaba a las personas.
Y nosotros, ¿cómo tratamos a nuestros semejantes? ¿Los tratamos con amor y bondad? ¿Hasta qué punto hemos perjudicado a alguien por falta de amor y de unidad?
Aunque es difícil, hay que romper los modelos existentes y amar, no solamente de palabra, sino también de hecho. ¿Por qué? Porque esa es la voluntad de Dios. Reflejando entonces el amor que hemos recibido de Jesucristo, vivamos en amor y también en perdón al prójimo.
ORACIÓN: Querido Dios, por más difícil que sea, ayúdame a amar los demás, sin hacer distinción de personas. Amén.