Gal 5:17 porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
¿Estás siendo obstaculizado en tu crecimiento por sentimientos de inferioridad? ¿De qué o de quién eres inferior? Tú eres un hijo de Dios sentado con Cristo en los lugares celestiales (Efe 2:6) ¿Te sientes inseguro? Tu Dios nunca te dejará ni te desamparará (Heb 13:5) ¿Inadecuado? Tú puedes hacer todas las cosas en Cristo (Filip 4:13) ¿Culpable? Ninguna condenación hay para los que estamos en Cristo (Rom 8:1) ¿Preocupado? Dios ha ofrecido cambiar Su paz por tu ansiedad (Filip 4:6-7, 1Ped 5:7, Juan 14:27) ¿Duda? Dios da la sabiduría al que se lo pide (Sant 1:5)
¿Por qué hay tanta disparidad entre estos dos tipos de cristianos: el carnal y el espiritual? ¿Por qué hay tantos creyentes que viven bajo su potencial en Cristo? ¿Por qué hay tan pocos que disfrutan de la vida abundante y productiva que ya hemos heredado?
Parte de la respuesta está relacionada al proceso de crecimiento y madurez que el creyente se apropia y cuando aplica su identidad a sus experiencias cotidianas. Y aún así hay innumerables cristianos que llevan años de haber nacido de nuevo, incluso décadas, y tienen todavía que experimentar importantes victorias sobre el pecado y la carne, una victoria que es su herencia en Cristo.
Otra parte de la respuesta es debido a nuestra ignorancia de cómo el reino de las tinieblas está afectando nuestro progreso hacia la madurez. Tenemos un enemigo personal vivo: Satanás quien intenta constantemente bloquear nuestros intentos de crecer hacia la madurez como hijos de Dios.
Debemos conocer cómo oponernos a él. Pablo escribió de Satanás: “no ignoramos sus maquinaciones” (2 Cor 2:11) Quizá Pablo y los corintios no eran ignorantes, pero muchos cristianos hoy en día seguramente lo son. Vivimos como si Satanás y su mundo oscuro no existieran y nuestra ingenuidad en esta área es justamente una herramienta de bloqueo de nuestra libertad en Cristo.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, me opongo a las maquinaciones de Satanás de contaminar mi vida con las obras del pecado y la carne, abrazo mi herencia como hijo tuyo hoy, en el nombre de Jesús, amén.
