Efe 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia
Sinceramente, no conozco nada que tenga el poder de cambiarnos desde adentro como la libertad que viene a través de la gracia. Es tan asombrosa que no solo cambiará nuestros corazones sino nuestros rostros. ¡Y Dios sabe que algunos de nosotros estamos atrasados en un cambio de rostro!
¿Fuiste criado por padres cuyos rostros dijeron “¡No!”, o estás casado con alguien que tiene cara de “no”? si es así, envidias a aquellos que tuvieron padres con cara de “Sí” o que están casados con cónyuges con cara de “sí”. Todos nosotros somos atraídos por aquellos cuyos rostros nos invitan y nos instan.
Durante sus días como Presidente, Tomas Jefferson y un grupo de compañeros viajaron por el país a caballo. Llegaron a un río que se había desbordado debido a un reciente aguacero. El río crecido se había llevado el puente. Cada jinete fue forzado a cruzar el río a caballo, luchando por sus vidas en contra de las rápidas corrientes. La posibilidad real de muerte amenazó a cada jinete, lo que causó que un viajero que no formaba parte del grupo se hiciera a un lado y observara. Después de que varios lograron llegar al otro lado, el extraño le pidió al Presidente Jefferson si le podía cruzar al otro lado del río. El presidente accedió sin dudarlo. El hombre se subió y pronto los dos llegaron a salvo al otro lado.
Mientras el extraño se deslizaba en la parte posterior de la silla de montar a tierra seca, uno del grupo le preguntó: “dime, ¿por qué le pediste al Presidente ese favor?” El hombre se sorprendió admitiendo que no tenía idea de que fuera el Presidente el que le había ayudado, “todo lo que sé” dijo, “es que en algunos de sus rostros estaba escrita la respuesta NO, y en algunos estaba la respuesta SÍ, y él tenía un rostro de Sí”
La libertad le da a la gente un rostro de “sí”, estoy seguro de que Jesús tenía un rostro de “sí”, nunca lo he visto, pero he determinado por lo que he leído de Él, que esto era cierto. ¡Qué contraste debió haber sido! Él estuvo rodeado de hombres de letras, religiosos, con vestiduras, justos que citaban la Ley, hombres profesionales cuyo comportamiento anunciaba “no”, piadosos en el exterior pero asesinos en el interior, aun así ningún veneno de ellos se infiltró en Su vida. Por el contrario, Él revolucionó completamente la dirección de la religión porque anunció “sí” cuando todos sus compañeros profesionales fruncían el ceño con un “no”
Eso me ha intrigado por años. ¿Cómo pudo haber sido? ¿Qué fue lo que impidió que cayera en sus garras? En una palabra, fue gracia. Él estaba tan lleno de gracia y verdad que no tenía espacio para su veneno legalista.
Por Charles Swindoll