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El riesgo de la gracia

Por: Mendoza Daniel
El riesgo de la gracia
Fecha: Miércoles, 01 de febrero del 2017 ID: 201700000018

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1 Cor 6:12 "Todo me está permitido", pero no todo es para mi bien. "Todo me está permitido", pero no dejaré que nada me domine.

¿La gracia es riesgosa? Apuesta tu vida que lo es. Estoy muy consciente que este tema de la gracia es realmente controversial, especialmente cuando estoy haciendo un llamado para un nuevo despertar a la libertad que los cristianos tenemos en Cristo. Algunos tomarán lo que he escrito en cuanto a la gracia y se volverán locos con ello.

Otros malinterpretarán lo que escribo y me citarán mal, no comprenderán y me acusarán de que me importa muy poco la santidad de Dios porque (ellos dirán) que le doy a la gente la libertad de pecar. Por otro lado algunos en el campo de la carnalidad me agradecerán por aliviar su culpa porque en su malentendido ahora piensan que está bien que continúen con un estilo de vida despreocupado y de libertinaje.

Quisiera que estas cosas no ocurrieran, pero es el riesgo que estoy dispuesto a tomar al no ocultar nada para que el mensaje completo de la gracia sea establecido. Sí, la gracia que es presentada en todo su encanto y belleza es arriesgada. Saca a los abusadores de la gracia como a los asesinos de la gracia de debajo de las piedras.

Vayamos a un verso clave de la Escritura: Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Para que cualquiera pueda estar seguro y esté en paz ante un Dios santo y justo, esa persona debe ser justa. De ahí nuestra necesidad de justificación. ¿Recuerdas la definición de justificación? Es el acto soberano de Dios por el cual declara justo al pecador creyente mientras continúa en una condición de pecador.

No significa que el pecador creyente dejó de pecar. Tampoco significa que el pecador creyente es hecho justo en el sentido de convertirse de repente perfecto perpetuamente. El pecador es declarado justo. Dios soberanamente otorga el regalo de la vida eterna al pecador en el momento en que él cree y así lo declara justo mientras el pecador todavía vive una vida marcada por pecado periódico.

Él todavía no asiste a una iglesia. No ha comenzado a diezmar u ofrendar. No ha renunciado a todo por seguir a Cristo, no ha sido bautizado, no ha prometido vivir una vida sacrificial y sin mancha. Simplemente ha tomado el regalo de la vida eterna. Ha cambiado su mente en cuanto a Cristo (arrepentimiento) y ha aceptado el regalo gratuito de Dios aparte de las obras. Punto.

Transacción completada. Por gracia, a través de la fe solamente, Dios declara al pecador justo (justificación) y a partir de ese momento en el pecador justificado comienza un proceso de crecimiento hacia la madurez (santificación) Día tras día, poco a poco, él aprende lo que significa vivir una vida que honra a Cristo. Pero ¿inmediatamente? De ninguna manera.

Por favor comprende, el ser justificado no significa ser justo como si nunca hubieras pecado. Escucho eso a menudo y me preocupa. De hecho, debilita el impacto completo de la justificación. La justificación realmente significa esto: Aun cuando todavía peco en ocasiones y me encuentro incapaz de dejar de pecar de forma permanente (Dios me declaró justo cuando creí) y debido a que pecaré de vez en cuando, encuentro mucha más razón de ser agradecido por la gracia.

Como un pecador merezco venganza, como pecador temo a la justicia, como pecador mi única esperanza de sobrevivir es la gracia. En su forma más pura ¡no tiene sentido en esta tierra!

Por Charles Swindoll

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Jeremías 33:3 (RVR 1960)

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Palabras Claves: Gracia JustificadosRomanosDevocionalesCharles Swindoll

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