Para el presidente de Chile, Sebastián Piñera, el país “está en guerra”. “Contra un enemigo poderoso, que no respeta a nada ni a nadie y está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite”, ha asegurado Piñera este domingo ante la ola de protestas sociales que vive el país.
El mandatario ha instaurado el Estado de alarma en Santiago de Chile y nueve regiones más, y ha decretado toque de queda durante las últimas siete noches.
El gobierno busca incrementar el precio del billete de metro en la capital ha sido el factor desencadenante de la situación, que alberga un descontento generalizado por la situación de los sistemas sanitario y educativo, entre otros, y las pensiones.
Hasta el momento, dieciocho personas han muerto y más de 1.500 han resultado heridas a causa de los disturbios, que también han dejado estaciones de metro inutilizadas, trenes y otros vehículos de transporte público quemados, y enfrentamientos en las calles.
“Los chilenos no están en guerra, protestan por los abusos y quieren soluciones ahora. La fuerza pública debe detener a delincuentes, no reprimir manifestaciones pacíficas”, ha increpado a Piñera el líder del opositor Partido Socialista, Álvaro Elizalde.
Como primera reacción a las protestas Piñera ha retirado el incremento del pasaje de metro, que había justificado como consecuencia del alza del valor del dólar y del precio del petróleo. Piñera también ha prometido “una mesa de diálogo amplia y transversal, para escuchar las voces de diferentes sectores, pero muy especialmente la voz de los ciudadanos”.
Oración para que regrese el orden social
“Pidamos para que el orden social sea restablecido oportunamente y asumamos un compromiso activo para contribuir en esta tarea”, ha señalado el presidente de la Unión de Iglesias Evangélicas Bautistas de Chile (UBACH), Juan Carlos Barrera.
Por otro lado, el Concilio Nacional de Iglesias Evangélicas de Chile (CONIEV) ha expresado “todo su apoyo al presidente Piñera” y ha acusado a quienes están detrás de los actos vandálicos de ser “siervos de las tinieblas”.
“El orden público es la perfecta voluntad de Dios para la sociedad, y en esta hora corresponde apoyar a las fuerzas armadas y los carabineros, que son los responsables constitucionales de mantenerlo”.
“La iglesia tiene que levantarse para poder orar”, han señalado desde la organización evangélica Cristianos por Cristo y por Chile, quienes también han llamado a la población evangélica a salir a las calles “para ayudar a recoger los escombros y limpiar las estaciones del metro”.
Diferentes líderes evangélicos chilenos han convocado también un movimiento de oración desde la plataforma ‘Chile oramos por ti’, que ha organizado convocatorias para orar desde casa a diario.
Obispos argentinos en solidaridad con Chile
Con una carta dirigida al presidente del episcopado chileno, Santiago Silva Retamales, los obispos argentinos, en nombre de toda la Iglesia en Argentina, acercaron su solidaridad y oración.
Ante la gravedad de los hechos vividos por el pueblo hermano, la Comisión Ejecutiva del episcopado argentina, se hace eco del mensaje “Cuidar la convivencia: la paz fruto de la justicia“, emitido por el Comité Permanente de la Iglesia de Chile.
“En el mensaje -firmado por el presidente y secretario de la CEA, Oscar Ojea y Carlos Malfa, obispos de San Isidro y Chascomús, respectivamente-, piden que Dios ilumine a todos para “encontrar caminos que lleven al diálogo y la amistad social”.
Ante esta crisis, renuevan la comunión fraterna y la cercanía, para contribuir a la búsqueda del bien común y la paz social, la equidad y el desarrollo de la nación hermana.