COREA DEL SUR.- La Alianza Evangélica Mundial (WEA), junto con el Consejo Mundial de Iglesias y la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, han llamado a las iglesias que dediquen cada mañana a un “Domingo de oración por la reunificación pacífica de la Península Coreana”.
El día de oración, propuesto por los evangélicos dicen representar a más de dos mil millones de cristianos en todo el mundo, marca el domingo anterior al Día de la Liberación, cuando los coreanos del Norte y del Sur celebran su independencia de Japón el 15 de agosto de 1945.
Sin embargo, ahora la península está dividida por Corea del Norte y Corea del Sur.
El obispo Efraim Tendero, secretario general de la WEA, dijo: “El diálogo y la comprensión son el camino correcto y moral para defender la dignidad y el gran valor de cada pueblo que lleva la imagen del Dios de Paz. En este domingo de oración, llevamos ante el Señor nuestra súplica para una resolución pacífica y la reunificación de la Península Coreana. Que Dios cambie los corazones, que Él cambie de opinión, y que Él traiga unidad en esta tierra para la gloria de Su nombre’.
En febrero del año pasado, los participantes del Foro Internacional de Liderazgo de la AEM en Seúl visitaron la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur y ofrecieron una oración por la reconciliación y la reunificación.
La oración dice:
El espíritu de reconciliación que Jesús nos ha confiado que oremos por todo el pueblo coreano y los líderes de ambos gobiernos que en toda esta península habrá paz y armonía. Todas nuestras naciones llevan las cicatrices de la historia y la lucha de las generaciones anteriores, que todos lamentamos y que ninguno de nosotros habría elegido. Queremos ser aquellos que curan las heridas del pasado y dejando un legado duradero de paz para nuestros hijos y futuras generaciones.
Oramos para que los gobiernos dentro y fuera de la península puedan ser guiados por Dios para emprender iniciativas de pacificación en un espíritu de respeto mutuo y no de condena. Nos comprometemos a orar para que el Dios de paz esté con todos aquellos que emprenden estas difíciles tareas, que parecen imposibles en nuestras propias fuerzas, pero con la ayuda de Dios podemos lograr una paz duradera.