Kusum soportó muchas atrocidades por profesar su fe. Las personas la han culpabilizado de la muerte de su esposo, e incluso, le impidieron enterrar a su propio hijo.
La mujer ha enfrentado todo tipo de humillaciones y sin embargo, hasta la actualidad sigue predicando el evangelio.
Los habitantes de la aldea, e incluso su suegro, la han insultado. El padre de su difunto esposo le dijo una vez que su fe era tóxica.
Kusum ha logrado que muchos en su aldea se conviertan en seguidores del Señor, incluso sanaron de sus enfermedades cuando aceptaron al Padre en sus vidas.
La mujer asegura que la familia de su esposo la perseguía, pero todo cambió porque ahora se han convertido en cristianos. “Siempre oré por ellos. El Señor escuchó mis oraciones y ahora son creyentes”, dijo.
Kusum contó que durante la pandemia fue hospitalizada, pero no pudieron sanarla, así que ayunó por tres días y les pidió a las personas que oraran por ella, hasta que Dios obró: “Dios escuchó las oraciones y me sanó ”, dijo Kusum a Open Doors.
La cristiana pide oraciones por su aldea ya que muchos se están convirtiendo en cristianos, pero la persecución continúa.
“Estamos obteniendo agua potable de la bomba manual de la aldea. Ahora recibimos raciones en la tarjeta racionada, pero algunas personas en el pueblo dicen que van a dejar de usar nuestra tarjeta racionada y que ni siquiera nos darán agua.
Continuó: “El número de creyentes también está creciendo en mi aldea, por lo que la gente de las aldeas cercanas está incitando a la gente de nuestra aldea en contra nuestra”, dijo.
*Noticia extraída de Noticiacristiana.com