En solo cinco semanas después de la explosión masiva que dejó casi 200 muertos y más de 6.000 heridos en Beirut, la ciudad y el resto del Líbano han experimentado cambios importantes.
En medio de la intensidad de las protestas que siguieron a los trágicos acontecimientos, el primer ministro Hasan Diab y todo su gabinete dimitieron. Días después, el diplomático y hasta entonces embajador libanés en Alemania, Mustafa Adib, fue nombrado primer ministro del país.
El nuevo primer ministro tiene que reformar un país inmerso en una delicada situación económica, agotado por la corrupción institucional y con una población cargada y aún más empobrecida.
Por eso, dice Izdihar Isaac, director de la ONG cristiana Together For The Family, que atiende a los refugiados en el campamento libanés de Bekaa, “estamos seguros de que la gente no dejará de salir a protestar”.
En una entrevista con el sitio web ‘Evangelical Focus’, Isaac ofreció una descripción general de la situación en Libia y cómo las iglesias están marcando una diferencia en el escenario caótico del país.
“Un mes después de la explosión, unas 100.000 personas en Beirut todavía están un poco sin hogar, algunas personas han reparado sus casas, ventanas o puertas y otras simplemente no tienen dinero o su casa está completamente destruida”, dijo.
“Muchas calles aún están destruidas, la mayoría de tiendas, bares y restaurantes ni siquiera han pensado en comenzar a renovar sus instalaciones por la situación económica”.
Isaac informó que varias iglesias tuvieron sus templos dañados por la explosión. “Las iglesias cercanas al puerto sufrieron mucho por la explosión, no solo las ventanas rotas, sino también los bancos y toda la madera en sus estructuras principales. Las iglesias alejadas del puerto tuvieron que reparar puertas y ventanas rotas”, explicó.
Sin embargo, a pesar de los graves daños sufridos por ellos, las congregaciones son conscientes de que la población en su conjunto sufrió la explosión y actualmente se encuentra en una situación crítica. Por esta razón, se han esforzado por ayudar a reconstruir la ciudad.
“Casi todas las iglesias libanesas están ayudando directamente a reconstruir Beirut y muchas continúan orando por la recuperación del país. Las iglesias también están en las calles, ayudando a las personas con todo lo que necesitan y, especialmente, orando con la gente y regalando biblias”, agregó.
El titular de la ONG cristiana también dijo que los cristianos han visto la situación como una oportunidad para mostrar a la gente que hay esperanza en el Evangelio, en Jesús.
“Uno de los mejores mensajes que leímos fue ‘¿Dónde pones tu esperanza?’ Hay una iglesia que siempre inicia conversaciones con personas sin hogar con esta pregunta, después de darles lo que necesitan”, dijo.
Según Isaac, la situación de los refugiados sigue siendo preocupante tras la explosión. Explicó que al igual que otras familias afectadas por la tragedia, estos grupos también están recibiendo ayuda de muchas iglesias.
“Muchos de los refugiados viven en tiendas de campaña, por lo que la explosión no los afectó tanto. Otros que ya vivían en casas se vieron seriamente afectados por la explosión, perdiendo sus ventanas y puertas”, dijo.
“Los refugiados en Beirut están recibiendo la misma ayuda que las familias libanesas. Reciben las mismas raciones de comida que reciben los libaneses, y las casas de quienes las tienen están ordenadas de la misma forma que las de los vecinos libaneses”, explicó Isaac.