La crisis sanitaria generada por el Covid-19, más la pobreza y los ataques terroristas perpetrados por el Estado Islámico en Siria, hace la situación de sus habitantes sea cada vez más precaria.
En abril, el gobierno sirio emitió un decreto que ordena un bloqueo nacional, informó Mission Networks News.
“Cada ciudad está bloqueada por lo que ni siquiera pueden ir de una ciudad a otra; los caminos están bloqueados”, informan medios locales.
El organismo de derechos humanos, Human Rights Watch, refiere que las restricciones de movilización, significan que los trabajadores humanitarios no pueden llegar a las personas que necesitan ayuda en el norte de Siria.
Los precios de los alimentos alcanzan montos históricos, los costos de los artículos esenciales diarios se duplicaron en los últimos 12 meses .
“La gente solo está trayendo comida con camiones y estas personas que están vendiendo comida, están poniendo los precios que quieren para que la gente no pueda pagar el pan”, informa el medio Triumphant Mercy Lebanon.
En Siria, nueve años de guerra destruyeron completamente la infraestructura y los servicios sociales, resultando en una crisis humanitaria masiva. El 80 por ciento de los sirios vive en la pobreza.
Por otra parte, más de un millón de refugiados sirios viven en el Líbano, donde “el ejército cierra los campos [de refugiados] y simplemente no permite que la gente salga del campo o entre al campo”, revela Triumphant Mercy Lebanon.
Las autoridades de gobierno, establecen órdenes estrictas porque el distanciamiento social no es posible en los campos de refugiados, explica.
“Están tratando de mantener los campamentos sirios cerrados, lo que significa que la gente no está trabajando. Significa que no hay ingresos, y significa que no hay comida “.
Muchos de los refugiados sirios logran sobrevivir en países como el Líbano. Algunos encuentran trabajos que les permitan mantener a sus familias. Otros se asocian con agencias de ayuda como TM Lebanon para mejorar la vida en los campamentos.
Los habitantes sirios, enfrentan múltiples desafíos y crisis, pero la crisis pandémica está cerrando cualquier esperanza de sobrevivencia. Las restricciones comienzan a disminuir en el Líbano, pero no soluciona problemas mayores.
