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John Knox nació en 1514 en Escocia. Estudió teología en St. Andrews. El constante tráfico marítimo entre Escocia y Europa permitió que la literatura protestante llegara al país. A principios de 1540, Knox se unió al protestantismo.
Durante un servicio protestante en domingo, se le pidió que asumiera el cargo de predicador, y Knox recibió el llamado con lágrimas. Pero en 1547, fue encarcelado y enviado durante 17 meses a las galeras como esclavo.
Luego de ser liberado, la católica María Tudor subió al trono y Knox se vio obligado a huir. Se dirigió a Ginebra, donde conoció a Juan Calvino. Luego viajó a Alemania donde se unió a otros refugiados protestantes. En 1555, regresa a su país y predica durante varios meses. Pero Knox se vio obligado a regresar a Ginebra. Lejos de su tierra natal, publicó algunos de sus tratados más controvertidos.
Knox regresó a Escocia en 1559. A su llegada, predicó un violento sermón en contra de la "idolatría" católica, causando disturbios y la destrucción de los altares y las imágenes dentro de las iglesias católicas.
El crecimiento del protestantismo en Escocia forzó el Tratado de Berwick de 1560, los ingleses y los franceses aceptaron abandonar el país por lo cual el protestantismo en Escocia estaba asegurado.
Knox terminó sus años como predicador ayudando a formar el protestantismo en desarrollo en Escocia. Su legado espiritual incluye unos 750.000 presbiterianos en Escocia, 3 millones en los Estados Unidos y muchos millones más en todo el mundo.