Gal 5:16 digo pues: andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne.
Debemos enfocarnos en Dios y Su Palabra al comenzar a andar en el Espíritu.
La dirección de Pablo a los gálatas en el verso de hoy puede parecer un tema poco práctico. Pero para el apóstol, este mandato fue una verdad fundamental de cómo todos los cristianos deberían vivir sus vidas cotidianas. La palabra griega para “andad” puede traducirse como “sigue caminando continuamente”. La vida te da un día a la vez, y los creyentes deberían tomar cada día dando un paso a la vez. Al caminar en el Espíritu, nuestro oponente más grande es nuestra propia carne (Gal 5:17) Por lo tanto, es crucial que tengamos una estrategia escritural para nuestro caminar espiritual y que sepamos cómo llevarla a cabo prácticamente y efectivamente.
La primera parte de nuestra estrategia tiene que ser una ingesta diaria de la Palabra de Dios. Salmo 1:2 dice que el hombre que anda por un camino piadoso “se deleita en la ley de Jehová y medita en ella de día y de noche” La meditación (reflexionando pacientemente en un pasaje de la Escritura) nos ayuda a sellar eficazmente la Palabra en nuestros corazones para que podamos aplicarla obedientemente y ministrarla de acuerdo al Espíritu de Dios.
Segundo, si queremos andar en el Espíritu, debemos enfocarnos en Dios y permitirle renovar nuestras mentes. La clave se encuentra en el mandato familiar de Pablo: “no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom 12:2) El creyente que vive de esa manera, sin lugar a dudas andará en el Espíritu porque también será un adorador de Dios “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24) Como un maestro de la Biblia lo dijo: “encuentra un adorador de Dios y encontrarás un hombre estable, con una mente en control y listo para enfrentar el presente con frescura del cielo”
Por John MacArthur
