Las protestas anti-Israel se realizaron en capitales en todo el Oriente Medio y algunos países de Asia, ayer viernes. Las protestas criticaban la decisión de implementar medidas de seguridad en las entradas del Monte del Templo, en Jerusalén.
Tras el ataque de tres terroristas palestinos que mataron a dos soldados israelíes la semana pasada en la entrada del lugar considerado sagrado por judíos, cristianos y musulmanes, el gobierno de Israel determinó la colocación de detectores de metal y cámaras, además de limitar el acceso de islámicos.
Miles de musulmanes se reunieron en Amán (Jordania), Beirut (Líbano), Estambul (Turquía) y Kuala Lumpur (Malasia) para protestar la tarde de este viernes 21 en solidaridad con los palestinos y pidiendo la “reanudación” de Jerusalén .
En la capital jordana, las bandas decían que “Al-Aqsa es una línea roja” que fue cruzada por Israel, en referencia al nombre de la mezquita ubicada en lo alto del Monte del Templo. “Con nuestra alma, con nuestra sangre, nos sacrificaremos por ti, Al-Aqsa”, cantaban.
Mientras manifestantes incendiaban y pisoteaban banderas de Israel, gritaban consignas como “Iremos a Al-Aqsa, nuestros millones serán mártires”.
En Estambul, las protestas contra Israel contaron con la presencia del primer ministro turco, Binali Y?ld?r?m. Dijo a la multitud que la decisión israelí era “errónea” y que una solución necesitaba ser encontrada inmediatamente.
El jueves 20, los fieles turcos intentaron invadir una sinagoga en Estambul, afirmando que Israel era un “estado terrorista”, que buscaba bloquear la libertad de adoración a los musulmanes. “Si usted impide nuestra libertad de culto, entonces, evitaremos su libertad de culto aquí”, afirmó el Alperen Hearths, grupo ultranacionalista islámico.
En los últimos días ha crecido la tensión en el lugar, con líderes islámicos cerrando las mezquitas de Jerusalén y exigiendo que las oraciones del viernes, día sagrado de los musulmanes, sean hechas en la entrada del Monte del Templo. Por eso, durante todo el día, miles de hombres protestaron en varios lugares de la Ciudad Antigua y entraron en conflicto con la policía.
Los gobiernos de Rusia y Estados Unidos ya han buscado cómo intervenir en la situación, pero aún no se han manifestado públicamente. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó a principios de esta semana que los detectores de metal se mantendrían y que Israel no abandonará la seguridad, pero teme que la situación salga de control, ha informado el Times of Israel.
