Efe 4:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados
No puede haber una vida correcta sin principios.
Imagina a alguien diciendo: “tengo dinero extra por aquí, creo que voy a enviar un buen cheque al gobierno” absurdo ¿no? Pero cada año gente asalariada honesta llena formularios y da parte de sus ingresos al gobierno, ¿por qué? No es porque ellos sean generosos sino porque es la ley, (una doctrina) que dice que lo deben hacer.
A menos que la gente conozca la razón por la cual deben hacer las cosas, es improbable que hagan un compromiso para hacerlo. Pablo comprendió eso así que siempre enseñó doctrina antes que el deber. “Yo pues” en Efesios 4:1 vincula la enseñanza de los capítulos 1-3 al deber de los capítulos 4-6. Doctrina y deber son inseparables, el deber siempre sale de la doctrina. Vivir correctamente está basado en principios correctos. Pablo le dijo a la iglesia de Colosas “no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (1:9) ¿Con qué propósito? “para que andéis como es digno del Señor” (v10) El conocimiento espiritual, la sabiduría y el entendimiento constituyen el camino de un andar digno.
Cuando los pastores enseñan deber sin enseñar doctrina, debilitan la Palabra de Dios porque han eliminado el motivo. Quizá sean capaces de mover las emociones, pero eso no trae un compromiso a largo plazo. La responsabilidad del pastor es enseñar la verdad de Dios y la responsabilidad del oidor es obedecerla.
Por supuesto la fuente de la verdad de Dios es Su Palabra: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2Tim 3:16-17) Conocer bien la Biblia es nuestro medio de equiparnos para una vida justa.
Al pensar en nuestro caminar correcto, evitemos la emotividad y legalismo y enfoquémonos en vivir lo que aprendemos de un estudio minucioso y personal de la Palabra de Dios.
Por John MacArthur