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Devocional: Benevolencia sin amor

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Benevolencia sin amor
Fecha: Martes, 07 de noviembre del 2017 ID: 201700001261

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1Co 13:3  Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres… y no tengo amor, de nada me sirve.

Si alguna vez has donado a tu iglesia o a cualquier otra organización de caridad por obligación, por presión de otras personas, legalismo, culpa, deseo de reconocimiento o simplemente para deducir impuestos, sabes lo que significa dar sin amor. En nuestra sociedad es fácil ser presa de esa forma de dar porque las necesidades son tan grandes y los que recaudan fondos apelan a cualquier motivo concebible. Además, muchas sectas y falsas religiones animan el desprenderse de posesiones y otros gestos sacrificiales para supuestamente ganar el favor de Dios. Pero Dios está más interesado en por qué estás dando que en lo que das.

La ilustración hipotética de Pablo en 1 Corintios 13:3 es de alguien que ha sacrificado todo lo que tenía para alimentar a los pobres. La palabra griega traducida como “dar de comer” es proveer con trozos. Aparentemente esta persona no solamente escribió un cheque para un programa de distribución de alimentos, él estuvo involucrado personalmente en un programa sistemático a largo plazo que eventualmente consumiría todos los recursos que tenía.

Pablo no menciona los motivos, simplemente que esta persona carecía de amor. En consecuencia, los beneficios de su benevolencia se limitaron al mundo físico. Cualquier beneficio espiritual se había perdido.

Jesús, haciendo un punto similar dijo: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos” (Mat 6:1) Si tu motivo para dar es ganar la aprobación de los hombres, sus galardones serán tu única recompensa. Si estás motivado por el amor a Dios, Él te recompensará abundantemente (v2-4)

Cuando le das al Señor, ¿cuál es tu motivación? ¿Quieres que otros piensen bien de ti? ¿Te sientes obligado? Estas son influencias sutiles así que asegúrate de guardar tus motivos cuidadosamente. Recuerda, la única motivación aceptable es el amor.

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

2 Tesalonicenses 2:3-4 (RVR 1960)

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

Palabras Claves: John MacArthur Reflexiones

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