1 Cor 13:4 el amor es paciente
Generalmente pensamos que la paciencia es la capacidad de esperar o soportar sin quejarse, ya sea con gente o con las circunstancias. Pero la palabra griega traducida como paciencia en 1 Corintios 13:4 se refiere específicamente a la paciencia con las personas. Literalmente significa ser templado, y habla de uno que fácilmente podría tomar represalias cuando es ofendido pero decide no hacerlo.
Ese tipo de paciencia es una virtud espiritual que refleja a Dios mismo (Gal 5:22) No puede ser duplicado en un nivel puramente humano. Pero para los cristianos, es una forma de vida. Pablo dijo: “os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” (Efe 4:1-2)
Dios mismo es el ejemplo supremo de paciencia. Pedro dijo: “El Señor… es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Ped 3:9) Aquellos que rechazan Su gracia están despreciando las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad (Rom 2:4)
En el mundo greco-romano en los días de Pablo, tomar represalias por un insulto personal o una lesión era considerado una virtud. El no tomar represalias era considerado como un signo de debilidad. Nuestra sociedad es muy parecida. Nuestros héroes tienden a ser aquellos que pelean con fuerza física o litigios. Pero esa no es la perspectiva de Dios, ni la de Cristo cuando oró por Sus asesinos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Luc 23:34)
Al considerar tu propia paciencia, recuerda que las represalias no son siempre evidentes y contundentes. A menudo son sutilezas como el retener afecto de tu cónyuge cuando te ha ofendido o el alejarte de un amigo que te ha herido. Pero el amor divino nunca toma represalias. Se preocupa más por los sentimientos de otros que los propios.
Recuerda la paciencia del Señor hacia ti y permítele a Su Espíritu producir una paciencia similar en ti.
Por John MacArthur