Salmo 40:11 Señor, ¡no me niegues tu misericordia! ¡Permite que siempre me acompañen tu misericordia y tu verdad!
En estos días de aumento de la violencia y tantos peligros, un aspecto básico que debemos tener en cuenta es la seguridad. Tomando como ejemplo al salmista David, debemos orar: “Señor, ¡no me niegues tu misericordia! ¡Permite que siempre me acompañen tu misericordia y tu verdad!”.
El amor de Dios elimina el miedo. El amor de Jesucristo por nosotros hace que él nos cuide, que vele por nosotros, y que nos proteja. En Cristo podemos tener la certeza de que el dicho es verdad: “¡Quien ama, cuida!”
ORACIÓN: Querido Dios, que tu amor y tu fidelidad me mantengan seguro de todos los males y me protejan ante las dificultades de la vida. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.