Mat 6:19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan
El creyente debe usar sus posesiones sin egoísmo.
Hace algunos años me tocó estar en contacto con dos hombres muy ricos en la misma semana. Uno era exprofesor de una universidad importante quien a través de una serie de inversiones hizo posiblemente unos 100 millones de dólares. En el proceso, sin embargo, perdió a su familia, su felicidad y su paz mental, se había avejentado mucho. El otro hombre, un pastor, también hizo varias inversiones y adquirió una gran fortuna, pero no estaba preocupado por sus inversiones. Debido a su independencia financiera, al paso de los años, dio a su iglesia mucho más de lo que le pagaban por ser el pastor. Es una de las personas más felices, contentas y piadosas que he conocido. La diferencia entre los dos hombres no era la riqueza, sino su forma de ver tan diferente a la riqueza.
En Mateo 6:19 Jesús enseñó la manera correcta de ver a la riqueza al decir que no acumules tesoros para ti. Cuando acumulas posesiones simplemente para ti (ya sea para guardar o para gastarlo egoísta y extravagantemente), esas posesiones se vuelven ídolos. Jesús está diciendo: “la gente en mi reino no debe amasar fortunas o acumular cosas para ella misma”. Colosenses 3:5 dice: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría” La avaricia es idolatría.
¿Qué hay de ti? ¿Te consume el extender el reino de Dios en lugar de acumular posesiones para ti? ¿Deseas invertir en la eternidad y en la causa de Dios o estás siendo avaro y codicioso? 1 Corintios 10:31 dice: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” Glorifícalo al invertir en Su reino y viviendo desinteresadamente.
Por John MacArthur