Col 1:17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten
Cuando comenzó el universo, Cristo ya existía. El apóstol Juan habló de la existencia eterna de Cristo de esta manera: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3).
Cristo mismo testificó la misma verdad cuando le dijo a los judíos: “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58) Él estaba diciendo que Él es Jehová, el Dios eterno existente. El profeta Miqueas dijo de Él: “sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Mic 5:2). Apoc 22:13 Le describe como “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último” Cristo tiene la preeminencia sobre toda la creación porque Él “es antes de todas las cosas” (Col 1:17) Él ya existía cuando el universo comenzó porque Él es el Dios eterno.
Habiendo creado el universo, Cristo sostiene todo lo que Él ha creado (v17). Él mantiene el delicado equilibrio necesario para la existencia de la vida. Él es el poder detrás de cada consistencia en el universo y Aquél que mantiene todas las entidades en el espacio en su movimiento. Él es la energía detrás del universo.
Cristo, sin embargo, no siempre sostendrá nuestro universo actual. Un día en el futuro Él disolverá los cielos y la tierra. El apóstol Pedro describe ese día así: “en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Ped 3:10) Hasta ese momento, podemos estar agradecidos de que Cristo continúa sosteniéndolo.
¡Qué alentador es saber que el Dios eterno que sostiene el universo entero también está cuidándote! Ningún detalle de tu vida es tan pequeño como para que Él no lo vea, ninguna circunstancia es demasiado grande para Su control soberano.
Por John MacArthur