Filip 2:10-11 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Todos los seres racionales reconocerán a Cristo como Señor.
Filipenses 2:10-11 afirma que todo el universo inteligente es llamado a adorar a Cristo. Se especifican como: “los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (v10), los que están en los cielos consisten en dos grupos: los ángeles santos de Dios y los espíritus de los creyentes redimidos (que esperan la resurrección de sus cuerpos), los que están en los cielos ya han reconocido que Jesús es Señor. A lo largo de su tiempo en el Cielo han estado adorando al Señor de la gloria.
“en la tierra” también consiste en dos grupos: los obedientes y los desobedientes. Los obedientes se refiere a nosotros, por la gracia de Dios, nos hemos sometido a Cristo como Señor y Salvador (Rom 10:9) Los desobedientes también se inclinarán ante Jesucristo (2 Tes 1:7-9) Cuando Jesús regrese a someter la tierra, Él quitará a los malos de la tierra, los echará en el infierno y establecerá Su reino.
“Debajo de la tierra” (Filip 2:10) se refiere al infierno, el lugar de castigo eterno el cual está ocupado por todos los malditos (demonios y gente no salva) Ellos también reconocerán el señorío de Cristo, no disfrutarán de su reinado sino que sufrirán la expresión de Su ira.
Jesucristo es el Señor del universo. Por lo tanto “toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor” (v11) Confesará significa que le reconocerán, afirmarán, estarán de acuerdo, “toda lengua” se refiere no solo a las lenguas físicas de cada boca sino de cada idioma o lenguaje. Otra forma de expresar esa idea es decir que todos los seres racionales reconocerán Su señorío.
La historia está avanzando hacia el día cuando Jesús será reconocido por todos como el gobernante Supremo del universo. Él ya está en esa posición de poder, pero no ha llevado al universo completamente bajo Su autoridad. Vivimos en días de gracia, durante los cuales Él trae a hombres y mujeres a Su conocimiento como Señor voluntariamente no por la fuerza. Regocíjate de que Él todavía está proveyendo de esa oportunidad.
Por John MacArthur
