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¿Cómo estos PRE-REFORMADORES prepararon el camino para la REFORMA?

Por: Mendoza Daniel
Fecha:  Jueves, 02 de abril del 2020 ID: 201700003564

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Estos cuatro personajes fueron muy diferentes y provenían de diferentes lugares. Vivieron en tiempos y en contexto distintos, pero tuvieron muchas cosas en común.

Sin la inspiración, trabajo, entrega y legado de estos cuatro personajes, quizá la Reforma protestante no se habría dado, o al menos no en las condiciones en las que se dio:

PEDRO VALDO

En 1170, Valdo era un mercader muy rico y conocido en la ciudad de Lyon, Francia. Tenía una esposa, dos hijas, y muchas propiedades. Pero algo pasó. Algunos dicen que fue testigo de la muerte repentina de un amigo, otros dicen que escuchó un canto espiritual de un cantor ambulante, lo que causó en Valdo una conmoción profunda sobre su estado espiritual.

Buscó consejo espiritual de un sacerdote, quien lo dirigió a la historia del joven rico en los Evangelios. Valdo tomó acción, le dio todo lo que tenía a los pobres y desde entonces, determinó vivir en completa dependencia de Dios.

Comenzó a predicar con su Biblia en las calles de Lyon, especialmente a los pobres. Muchos se convirtieron, y para el año 1175 ya contaba con un grupo de seguidores, que también se deshicieron de sus posesiones y comenzaron a predicar.

Después de la muerte de Pedro Valdo en el año 1205, el movimiento Valdense continuó creciendo.

JOHN WYCLIFFE

Nació en el interior de Inglaterra, en una granja de ovejas a 200 millas de Londres. Ingresó a la Universidad de Oxford en 1346. En pocos años ya era considerado el principal filósofo y teólogo de la institución.

Mientras tanto, Roma había exigido apoyo financiero de Inglaterra. Wycliffe aconsejó que no se le diera apoyo a la Iglesia. Argumentó que la iglesia ya era demasiado rica y que Cristo llamó a sus discípulos a la pobreza, no a la riqueza.

Tales opiniones metieron a Wycliffe en problemas, y lo obligaron a responder por cargos de herejía.

Wycliffe siguió estudiando las Escrituras y escribió más acerca de sus conflictos con la enseñanza oficial de la iglesia. También empezó a traducir la Biblia al inglés.

Murió en 1384 antes de que la traducción se completara y antes de que las autoridades pudieran condenarlo por herejía.

JAN HUS

Cerca de 1369, John Huss nació en el reino de Bohemia. Nacido en una familia pobre, entró en el sacerdocio, buscando prestigio y una mejor vida. Llegó a ser un reconocido predicador, pero pasó mucho de su tiempo sirviendo en la academia como decano de la facultad de filosofía de Praga.

Prontamente, empezó a predicar “sermones violentos” en contra de la iniquidad rampante del clero, lo que lo llevó a ser reportado al arzobispo.

Su entendimiento de la autoridad final de las Escrituras fue encendido en la medida que él leía las obras condenadas de John Wycliffe.

Su alianza a las enseñanzas de Wycliffe llevaron a su excomulgación, a ser juzgado como hereje, y a ser condenado a la hoguera en 1415.

GIROLAMO SAVONAROLA

Nació en una familia adinerada en Ferrara, Italia, en 1452. A los 23 años la decisión de unirse a la orden dominicana.

Savonarola llegó a Florencia en 1490, ya reconocido por su gran conocimiento; sin embargo, fue su predicación la que lo llevó al centro de la reforma y política florentina.

Frecuentemente, desde la catedral en Florencia, Savonarola predicaría a miles en el idioma de las personas, no en latín usando poderosas imágenes y lenguaje sencillo de las escrituras.

Hacia la cúspide de estos cambios, organizó a los jóvenes de Florencia para modelar e incitar una reforma, haciendo varias “Hogueras de Vanidades” en las que se quemaban objetos que se consideraban pecaminosos.

Savonarola fue excomulgado por el papa Alejandro VI a quien tanto criticó. Fue juzgado y quemado en la hoguera en 1498.



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Salmos 27:1-3 (RVR 1960)

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.


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