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¿Por qué el SIGLO XIX es tan importante para las MISIONES protestantes?

Por: Mendoza Daniel
Fecha:  Sábado, 09 de mayo del 2020 ID: 201700003709

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Antes de que William Carey (1761–1834) fuera al campo misionero, probablemente sólo había unos pocos cientos de misioneros protestantes en el mundo. Para cuando Carey murió, había cerca de mil repartidos en cientos de campos misioneros en todo el globo.

Para 1900, setenta años después de la muerte de Carey, luego de un segundo estallido de misiones protestantes, había cerca de 15,000 misioneros protestantes europeos y estadounidenses en todo el mundo. Pero la mayoría de aquellos misioneros que fueron tuvieron ministerios cortos; pues muchos murieron en los primeros dos años en el campo, lo que mantuvo el número de obreros en las misiones bastante estable durante este tiempo.

Sin embargo, para muchos, la magnitud del movimiento misionero moderno no debe medirse por el número de misioneros. Debe medirse por el crecimiento de la iglesia.

En 1800, quizás el 1% de los cristianos protestantes vivía en Asia, África y América Latina. Para 1900, este número había crecido al 10%. En 1992, al menos el 67% de todos los cristianos protestantes activos vivían en países que alguna vez fueron considerados campos misioneros extranjeros por los europeos o estadounidenses. Y es que en las últimas décadas, la iglesia ha crecido rápidamente, incluso de manera explosiva, en muchos países como Corea, África subsahariana, Singapur y China.

Considera este notable cambio. Hace sólo 200 años, el cristianismo protestante era casi exclusivamente occidental. Ahora los protestantes son más fuertes en Asia, África y América Latina. Desde el punto de vista cristiano, el movimiento misionero moderno ha trastornado el mundo.

La pregunta es, ¿qué causó este movimiento?

CONTEXTO:

WILLIAM CAREY 
El cristianismo en la INDIA 
ADONIRAM JUDSON 
JONATHAN EDWARDS
JOHN WESLEY 
GEORGE WHITEFIELD 
HUDSON TAYLOR 
JOHN PATON 




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2 Timoteo 2:24-26 (RVR 1960)

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.


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