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El legado de MARTÍN LUTERO a la MÚSICA de la iglesia

Por: Mendoza Daniel
Fecha:  Martes, 14 de abril del 2020 ID: 201700003604

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Durante el mandato del papa Gregorio I (540-604), más tarde conocido como San Gregorio Magno, la música medieval conoció una etapa próspera que se expandió por el continente. Este papa fue un gran impulsor, reformador y organizador de lo que hoy llamamos el Canto Gregoriano.

Pero el reformador Martín Lutero quería que el creyente común pudiera no solo participar del servicio, sino entender lo que allí se decía.

Lutero era un amante de la música; tocaba el laúd y la flauta, cantaba con una voz de tenor ligero e incluso componía música. Estaba bien familiarizado con los estilos musicales de su época, y utilizó sus variados talentos musicales e intereses para reformar la música religiosa y litúrgica de la emergente iglesia luterana.

La influencia de Lutero en la música de la iglesia ha sido significativa. Tanto es así que se le podría considerar con justificación "el padre de la música protestante en Alemania".

Un legado que todaví­a se puede sentir hoy en día es la creencia de Lutero de que debe haber un equilibrio entre un estilo musical simple y accesible y el uso de la lengua vernácula en el texto.

De hecho, Lutero era un hábil compositor, pero su verdadero legado musical reside en la forma en que incorporó nuevos textos a la iglesia protestante. Lutero insistía en que los himnos hablaran clara y directamente.

Para lograr su propósito, Lutero introdujo varios cambios en la liturgia del culto de la iglesia:

Estilo: Lutero usó melodías sencillas que ya se cantaban en el pueblo con una letra no religiosa para así componer himnos muchas veces basados en pasajes específicos de las Escrituras. Como ejemplo de esto tenemos “Castillo fuerte es nuestro Dios” basado en el Salmo 46 y “De lo profundo clamo a ti” basado en el Salmo 130.

Idioma: Una de las barreras que las personas tenían en los servicios era que prácticamente todo era en latín. La persona común del pueblo no dominaba ese idioma, pues era para académicos e intelectuales. Lutero cambió esto al componer himnos que reforzaban el contenido de su enseñanza en idiomas que el pueblo podía entender.

Participación: Al cambiarse el estilo y el idioma, ya el servicio no estaba solamente enfocado en los sacerdotes y el clero, sino que el espectador común también era un participante que entendía, asentía y participaba en la música del culto.

Lutero alentó un nuevo estilo de participación congregacional: el canto coral al unísono, la configuración de texto principalmente silábica, es decir, las palabras individuales no se extendían en varias notas diferentes, en forma de estrofas, en la que todas se cantan con la misma música. Los coros en sus iglesias a menudo cantaban desde dentro de la congregación para proporcionar enseñanza y apoyo.

En 1524, Martín Lutero y Johann Walter publicaron el "primer himnario protestante". Tanto Lutero como Walter escribieron melodías distintivas y cantables que se movían entre notas consecutivas y no requerían demasiado de un rango vocal.

Lutero adaptó libremente las canciones populares de su tiempo de tres maneras. Primero, las palabras fueron reemplazadas mientras la música permanecía. Segundo, las palabras fueron reemplazadas y la música adaptada. Tercero, las palabras fueron adaptadas y la música prestada de una fuente secular.

Muchas de las composiciones y adaptaciones de Lutero fueron usadas posteriormente por compositores como Samuel Scheidt (1587-1654), Andreas Hammerschmidt (1611-1675), Michael Praetorius (1571-1621), Sebastian Knüpfer (1633-1676), Johann Sebastian Bach (1685-1750) entre otros.

La Reforma cambió la manera en cómo las personas comunes se acercaban a las Escrituras, para lograr esto, Lutero, su figura más importante, utilizo la música como una herramienta que no opacara el mensaje, sino que lo hiciera brillar aún más, llevando el mensaje de la Biblia al lenguaje del pueblo, y poniéndolo en la boca de la gente común a través de melodías.



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Isaí­as 11:6-8 (RVR 1960)

Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.


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