1 Samuel 17:1-51 dice cómo David, armado con una honda, cinco piedras y la unción de Dios, venció y mató a Goliat un guerrero filisteo gigante.
El tamaño de tu enemigo es la medida del tamaño de la confianza que Dios tiene en tu capacidad de vencer.
Dios ve el potencial que todos pasan desapercibido.
Toma a David como ejemplo. ¿Quién podría haber pensado que un niño pastor de ovejas de Belén podría vencer a un soldado profesional casi de su doble de altura? ¿O podría imaginarse que se convertiría en el rey que guiaría a su nación a la grandeza? Dios lo hizo. Cuando Dios vio a David Él vio más allá del pastor de ovejas, Él vio el corazón de un guerrero y un rey. Dios sabía el potencial de grandeza que había en David. Después de todo, Él lo había puesto ahí.
Ni aún Isaí, el padre de David reconoció el potencial en su hijo mejor. Cuando Samuel llegó a ungir a uno de los hijos de Isaí como rey de Israel. Isaí ni siquiera llamó a David del campo para que se formara. Uno por uno, el Señor rechazó a los hermanos mayores de David, diciendo “porque el Señor no ve lo que el hombre ve, porque el hombre ve la apariencia, pero Dios mira el corazón” Finalmente, David fue llamado ante Samuel. “Y el Señor dijo: levántate y úngelo, porque él es el escogido”
No pasó mucho después de que Dios había elevado a David hacia su destino cuando trajo a David cara a cara con un enemigo enorme. Con los soldados de dos ejércitos enemigos como testigos, David venció a Goliat con una sola piedra de su honda. David venció porque conocía de donde venía su poder. Justo antes de esta batalla le dijo al rey Saúl: “El Señor que me ha librado de las garras del león y del oso, Él me librará de la mano de este filisteo” Dios estaba confiado en la habilidad de David para vencer porque Él sabía que David no confiaba en su propia fuerza.
Dios ve un gran potencial en ti también. Dios conoce lo que puedes sobrellevar porque él conoce lo que ha puesto en ti. Entre más esté tu vida alineada al propósito de Dios, más comenzará a moverte hacia tu destino.
Recuerda que los nuevos niveles traen nuevos demonios. No temas los obstáculos y desafíos que hay frente a ti. No te inquietes por el aparente tamaño y fuerza de tus enemigos. Ellos solamente reflejan la confianza que Dios tiene en tu habilidad de vencer, en Su Poder… confía en el Señor. Él igualará tu carácter y fuerza a los desafíos que enfrentes. ¡Te convertirá en más que vencedor!
Por Tommy Tenney
ORACION
Padre, quiero cumplir con mi destino, forma en mí el carácter y fe iguales a los desafíos que debo enfrentar, en el nombre de Jesús, amén.