Mat 5:3 bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos
El escritor Thomas Watson listó siete formas de determinar si eres pobre en espíritu, en su libro “The Beatitudes” (Las bienaventuranzas)
1) Estás destetado de ti mismo, Salmo 131:2 dice: “como un niño destetado está mi alma dentro de mí” cuando eres pobre en espíritu no te enfocas en ti mismo sino en glorificar a Dios y a ministrar a otros.
2) Te enfocas en Cristo, 2 Cor 3:18 dice que los creyentes “miramos a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” Cuando eres pobre en espíritu la maravilla de Cristo te cautiva. Tu meta más alta es ser como Él.
3) Nunca te quejas, si eres pobre en espíritu aceptas la soberanía de Dios y su control sobre tus circunstancias, sabiendo que no mereces nada de todos modos. Sin embargo, entre más necesidades tengas, más abundantemente Él provee.
4) Ves lo bueno de otros, una persona que es pobre en espíritu reconoce sus debilidades y aprecia las fortalezas de otros.
5) Pasas más tiempo en oración, la característica de los mendigos es mendigar. Así que constantemente estás en la presencia de Dios buscando Su fortaleza y bendiciones.
6) Sigues a Cristo en Sus términos, aquellos que son pobres en espíritu lo dan todo para agradar a Cristo, mientras que el pecador orgulloso simplemente quiere añadir a Cristo a su estilo de vida pecaminoso.
7) Adoras y agradeces a Dios, cuando eres pobre en espíritu estás lleno de alabanza y agradecimiento por la maravillosa gracia de Dios, la cual sobreabunda en ti a través de Cristo (Efe 1.6)
¿Estos principios caracterizan tu vida? Si es así, eres pobre de espíritu y el reino de los cielos es tuyo (Mat 5:3) Si no es así, entonces debes buscar el perdón de Dios y comenzar a vivir como su hijo.
Por John MacArthur
ORACIÓN
Espíritu Santo te pido que busques en mi corazón y me reveles las actitudes o motivos que desagradan a Dios, Padre te pido que por tu gracia me ayudes a cambiarlas, en Cristo Jesús, amén.