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Muertos al pecado

Por: Mendoza Daniel
Muertos al pecado
Fecha: Viernes, 10 de febrero del 2017 ID: 201700000056

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Rom 6:11-12  Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias

Pecado es la condición en la cual todos los descendientes del caído Adán nacen (Rom 5:12) Pecado es vivir nuestras vidas independientes a Dios. Es el resultado de ser engañados por Satanás al creer que el propósito y significado en la vida pueden lograrse apartados de una relación personal y de obediencia al Creador de la vida (Deut 30:19-20, 1Juan 5:12) En los no cristianos, el pecado impregna la vieja naturaleza, domina al viejo hombre y perpetua las obras de la carne. Satanás está en el corazón de todo pecado (1Juan 3:8) Él engaña a la gente haciéndola creer una mentira y aconseja rebelarse contra Dios.

Cuando recibiste a Cristo, moriste al pecado y  su poder de dominarte fue roto. Satanás y el pecado no han muerto, todavía son fuertes y atractivos. Pero tú ya no tienes que pecar porque tú estás muerto al pecado y vivo para Dios en Cristo (Rom 6:11) No estás muerto al pecado porque lo consideraste así, lo consideras así, porque así es. En Cristo ya has muerto al pecado.

Pablo continúa y dice que no usemos nuestros cuerpos como instrumentos de iniquidad (v13) Si lo hacemos, le permitimos al pecado reinar en nuestros cuerpos mortales. Por ejemplo, es prácticamente imposible que alguien cometa un pecado sexual y no use su cuerpo como instrumento de injusticia, permitiéndole reinar al pecado. Pídele al Señor que te revele cómo has usado equivocadamente tu cuerpo, especialmente sexualmente. Renuncia a ese mal uso y somete tu cuerpo a Dios como un sacrificio vivo. Es tu responsabilidad no permitirle al pecado reinar en tu cuerpo mortal obedeciéndolo en sus concupiscencias (Rom 6:12)

Por Neil Anderson

ORACIÓN
Amado Señor, sé que el poder del pecado sobre mí ha sido roto. Ayúdame a vivir hoy en la luz de esa verdad al renunciar al pecado y someter mi cuerpo a ti, en el nombre de Jesús, amén.

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Proverbios 4:18 (RVR 1960)

Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.

Palabras Claves: DevocionalesNeil Anderson

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