Mat 17:20 Jesús les dijo: por vuestra poca fe, porque de cierto os digo que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: pásate de aquí allá y se pasará y nada os será imposible.
¿Qué se necesita para ejercer efectivamente la autoridad de Cristo sobre poderes espirituales? ¿Puede cualquier cristiano hacerlo sin importar su nivel espiritual o madurez? Si es así, ¿por qué no somos más consistentes en demostrar nuestra autoridad sobre el reino de Satanás?
Yo creo que por lo menos hay cuatro cualidades para demostrar autoridad sobre gobernadores y autoridades en el mundo espiritual.
La primera cualidad es la fe. En el mundo espiritual, si tú no crees que tienes autoridad, no la vas a ejercer. Si crees que eres débil, tu expresión de la autoridad también será débil e ineficaz. Pero si tomas con confianza la autoridad que Cristo te ha dado, la ejercerás con confianza.
Imagina a un policía novato director de tráfico acercándose a una intersección para dirigir el tráfico por primera vez. Le dijeron en la academia que todo lo que tenía que hacer es ponerse en medio de la calle, levantar su mano y los carros se pararían, pero él no está seguro. Se para en la curva, sopla su silbato débilmente y mueve su mano a un carro que se aproxima, el cual pasa de largo junto a él. Su autoridad es puesta en poco por su falta de confianza.
Ahora imagina a un segundo oficial entrando a escena. Se para en medio de la calle cuidadosamente pero confiadamente, da un silbatazo y estira su mano, y los carros se detienen. No hay duda en su mente de que él está al control en esa intersección porque ha confiado en su autoridad.
Quizá te consideres un “novato” al detener el tráfico del diablo en tu vida. Pero Jesucristo es un veterano, y tú estás en Él. Construye tu fe en tu autoridad al estudiar cómo Jesús operaba en contra de los poderes de las tinieblas en los Evangelios y cómo a nosotros se nos ordena hacerlo en las Epístolas.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, auméntame la fe en que tengo autoridad sobre principados y potestades en Cristo, y ayúdame a actuar en esa fe, en el nombre de Jesús, amén