2 Tim 2:4 ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Una vez que tu consideración ante la tentación ha desencadenado una respuesta emocional que te lleva a una elección de plan B actuarás de acuerdo a esa elección y te apropiarás ese comportamiento. Quizá resientas tus acciones o digas que no eres responsable por lo que haces. Pero tú eres responsable por tus acciones en este punto porque has fallado al llevar ese pensamiento de tentación cautivo cuando apareció por primera vez en el umbral de tu mente.
La gente que estudia el comportamiento humano nos dice que si continuas repitiendo un hecho por seis semanas, formarás un hábito. Y si ejercitas ese hábito lo suficiente, se establecerá una fortaleza. Una vez que una fortaleza de pensamiento y respuesta se afianza en tu mente, escoger actuar contrario a ese patrón es extremadamente difícil.
Como un estímulo ambiental, una fortaleza de la mente puede ser el resultado de un breve encuentro o de una atmósfera que prevalece. Por ejemplo, una mujer se deprime profundamente cada vez que escucha el sonido de una sirena. Resulta que fue violada unos 20 años atrás cuando una sirena se escuchaba a distancia. En las semanas y meses que siguieron al abuso, el sonido de la sirena detonaba recuerdos traumáticos. En lugar de resolver ese conflicto, ella revivía la tragedia en su mente, profundizando las heridas emocionales y bloqueándose a un patrón de pensamiento que no puede romper. Esa es una fortaleza.
Otras fortalezas son el resultado de un patrón que prevalece de pensamiento y reacción. Imagina por un momento a un niño de nueve años cuyo padre es alcohólico. Cuando el padre llega a casa borracho y agresivo cada noche, el niño asustado se esconde. Se va fuera de la vista, si el niño continúa con esta reacción defensiva ante su agresivo padre alcohólico, formará un patrón de comportamiento. Diez años más tarde, cuando enfrente cualquier tipo de comportamiento hostil ¿cómo crees que reaccionará? Huirá. Su patrón afianzado de pensamiento y respuesta ha formado una fortaleza en su mente.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Padre, no permitas que el enemigo me engañe y me lleve a acciones que diluyan mi testimonio y efectividad como creyente, en el nombre de Jesús, amén.