Tito 2:11-12 porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.
Ceder ante la tentación es un paso hacia una fortaleza bien establecida en tu mente. Siempre que seas estimulado a hacer el plan B en lugar del plan A de Dios para tu vida, estás experimentando una tentación. La esencia de la tentación es la invitación a vivir independiente de Dios y suplir necesidades reales en el mundo, la carne o el diablo en lugar de en Cristo. Esa es la gran prueba. Y Satanás sabe qué botones apretar para tentarte en tu dependencia de Cristo.
En el momento que eres tentado a satisfacer tu necesidad en el mundo en lugar de en Cristo, estás en el umbral de una decisión. Si tú inmediatamente no escoges someter ese pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo (2 Cor 10:5) comenzarás a considerarlo como una opción. Y si comienzas a meditarlo, inmediatamente tus emociones serán afectadas y se incrementará la posibilidad de ceder ante esa tentación.
Las Escrituras nos enseñan que Dios ha provisto una forma de escape para cada tentación (1 Cor 10:13) Pero el escape está justo en el umbral de la tentación. Si no controlas la tentación en la entrada, corres el riesgo de permitir que la tentación te controle a ti. Raro es el cristiano que puede regresar después de dirigirse hacia el plan B.
Por ejemplo, un hombre ve una película pornográfica y es tentado a la lujuria. Él tiene la oportunidad de responder diciendo algo como: mi relación con el pecado ha terminado. Escojo llevar ese pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. No voy a verlo o a pensar en ello. Y se aparta de la película inmediatamente y escapa de la lujuria.
Pero si duda en el umbral, mira fijamente a la película y comienza a fantasear acerca de ello, activará una resbaladilla emocional produciendo una respuesta física que será difícil de detener. Él debe captar el pensamiento tentador en el umbral o probablemente será capturado por él.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, quiero ser obediente a Tu perfecto plan para mi vida hoy, no quiero ceder ante un plan B, fortaléceme para obedecerte en el nombre de Jesús, amén.